200 AÑOS DE LA MUERTE DE GÜEMES, ACTOR CLAVE DE LA INDEPENDENCIA JUNTO A SAN MARTÍN Y BELGRANO
Joven soldado, defendió a Buenos
Aires de la invasión inglesa, adhirió a la Revolución desde el inicio y pasó a
la historia por la formación de milicias gauchas para la guerra de guerrillas
con la cual contuvo el avance realista en el norte
El historiador Miguel Ángel de Marco,
biógrafo de José de San Martín y de Manuel Belgrano, comprendió que
la semblanza de los héroes de nuestra Independencia estaba incompleta sin la
vida de Martín Miguel de Güemes. Lo fundamentó en estos términos: “Pocos fueron
en nuestra historia los casos en que seres tan diferentes por su carácter,
formación y hábitos conjugaron con tanta coherencia y decisión sus esfuerzos en
pos de una causa superior como la de la independencia sudamericana. (...) Güemes
merece, desde mi punto de vista, ser ubicado junto a los otros tres personajes
fundamentales [N. de la R: San Martín, Belgrano y Pueyrredón] en el
esfuerzo bélico de la independencia”.
En efecto, en aquel año de 1816, el hecho de que
Güemes, no cortara sus vínculos con las Provincias Unidas, fue clave para que
el Congreso de Tucumán pudiera realizarse y romper definitivamente las cadenas
con España, paso decisivo hacia la creación de una Nación soberana.
Como general, creó el célebre Regimiento conocido
como “Los Infernales”, con el uniforme rojo que pasó a la historia
y quedó asociado a su nombre. Los Infernales adquirieron pronto fama y fueron admirados
incluso por el enemigo en virtud de su destreza como jinetes, su velocidad
de ataque y su gran capacidad para la emboscada y la retirada.
Estos gauchos de Güemes rindieron su mejor servicio a
la Patria cuando, a partir de 1815, derrotados ya los últimos intentos del
Ejército del Norte de vencer a los realistas, y con una situación internacional
muy desfavorable –Fernando VII había vuelto al trono y la derrota napoleónica
le permitía concentrarse en recuperar sus dominios ultramarinos-, la guerra de
guerrillas salteña impidió el avance realista, dio tiempo a las Provincias
Unidas para declarar la Independencia y a José de San Martín para preparar y
realizar la Campaña de los Andes.
Entre 1812 y 1821, la frontera norte sufrió nueve
invasiones realistas. Las últimas seis fueron rechazadas por las milicias de
Güemes. Cuando en 1816, se produce la muy temida invasión realista, las
tropas españolas no podrán ir más allá de Jujuy.
EL PLAN DE SAN MARTÍN
El plan de San Martín era que, una vez que él iniciara
el avance por mar hacia Lima, Güemes lanzara finalmente una ofensiva sobre el
Alto Perú. En la organización de esa expedición ocupó el jefe salteño
los últimos meses de su vida. El Directorio lo había reconocido como
jefe del Ejército de Observación pero no había respondido a su solicitud de
respaldo financiero y logístico.
Los primeros meses de 1821 fueron difíciles:
enfrentado al gobernador de Tucumán, sufre además una rebelión interna en su
propia provincia en reacción por la fuerte presión impositiva a que la había
sometido para financiar la guerra, y el cabildo de Salta lo depone. Esto es
aprovechado por los españoles que apoyarán a sus adversarios internos.
Güemes recupera el poder en mayo, pero los españoles sitian Salta y el
gobernador es herido cuando atraviesa ese cerco.
“A nada temo –decía-, porque he
jurado defender la Independencia de América, y sellarla con mi sangre. Todos
estamos dispuestos a morir primero, que sufrir por segunda vez una dominación
odiosa, tiránica y execrable.”
Muere el 17 de junio de 1821, como consecuencia de esas heridas, en Cañada de la Horqueta, cuidado por sus gauchos. Está sepultado en la Catedral de Salta.
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