El 1° de mayo se conmemora en todo el mundo el Día del
Trabajador y en la Argentina la celebración es doble pues también se recuerda
el Día de la Constitución Nacional. El primer acto del día del trabajador en
nuestro país se realizó en 1890. En tanto que el 1º de mayo fue declarado Día
de la Constitución Nacional, en conmemoración del aniversario de su sanción en
1853, en la ciudad de Santa Fé.
Junto con los tratados
internacionales con jerarquía constitucional, la Constitución Nacional es la
ley suprema de la Nación. Es por ello que todas las demás normas deben
adecuarse a ella, según lo establece su Artículo 31º. Fue sancionada en 1853 y
reformada en diversas oportunidades: en 1860, 1866, 1898, 1949, 1957 y, por
última vez en 1994.
Un 1° de Mayo de 1886 se
concretaba una huelga en la mayoría de los estados norteamericanos; su
principal demanda era la JORNADA LABORAL DE 8 HS., por la que venían batallando
desde 1829 en EEUU; en varios países capitalistas se había logrado algún tipo
de legislación favorable pero en los hechos ésta no se aplicaba.
El conflicto, que ganó las
calles en las principales ciudades industriales con la consigna «ocho horas
para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa», se
extendió durante tres días; el tercer día la policía disparó a quemarropa sobre
una manifestación produciendo 6 muertos y varias decenas de heridos. La fuerza
demostrada por los obreros en su reclamo marcó un antes y después en la
historia de todos los trabajadores, instaurándose aquella fecha como el
"Día del Trabajador".
Esta fecha nos llama a
conmemorar lo trascendente para nuestra identidad como trabajadores, destacando
que a la historia la hacemos entre todos y todas, que los hechos históricos no
han surgido de la nada sino de acciones de personas y de organizaciones, de
ideales y de utopías.
Asimismo, en nuestro país se
declaró al 1º de Mayo como "Día de
la Constitución Nacional" en conmemoración de su sanción, haciéndose
justicia con la que es la segunda Constitución más antigua
de América, después de la norteamericana y para que nuestro país tenga un día
para evocarla ya que ella significa el acta de nacimiento de nuestra sociedad
política y de nuestro Estado y a la que, lamentablemente no siempre los
argentinos recordamos cuando debemos aplicarla. Ella nos recuerda también que
nuestra Patria se gestó no solamente en los campos de batalla, sino también
como resultado de los estudios, investigaciones, debates y consensos que se
plasmaron en aquella histórica Convención Constituyente.
Nuestra Constitución
sostiene la sana división de poderes, y cada línea, cada palabra tiene las enseñanzas
fundamentales para que nos transformemos en un país serio. Respetar la
Constitución implica resurgir en todos los ámbitos, porque un país que respeta
sus instituciones es un país confiable, y esto lo hace crecer.
Aportado por Hernán Prestofelippo