El 20 de junio se homenajea a Manuel Belgrano, creador de nuestra Bandera Nacional, comandante de ejércitos, pensador e impulsor del periodismo rioplatense, aquel que “murió pobre”, después de haber entregado su patrimonio familiar, sus esfuerzos e ideas, a la causa de la Revolución.
Históricamente en general ese ensalza la figura de Belgrano, sólo como
el creador de la Bandera Nacional o
liderando el ejercito del Norte para impedir la entrada de los realistas por ese
frente, también es uno de los principales promotores de la Declaración de la independencia de las Provincias Unidas
en Sud América, en San
Miguel de Tucumán, el 9 de julio de 1816.
Su vida pública contiene muchos silencios, se omite la valoración de sus
propuestas, como la importancia de la educación capacitando a las
personas para que
aprendieran oficios y pudieran aplicarlos en beneficio del país o la de
promover una reforma agraria basada en la expropiación de las tierras baldías
para entregarlas a los desposeídos, como forma de reducir –al menos un poquito,
la injusticia social de su época. Las ideas de Belgrano, estaban cargadas de profunda
sensibilidad social.
Conmemoremos también, en este día, no solo la impronta que nos deja con la Bandera como símbolo de unión, sino también su sensibilidad social, su programa democratizador e igualitarista y reflexionemos sobre las tareas aún pendientes, para alcanzar una sociedad más justa, libre y soberana.
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